miércoles, 2 de diciembre de 2009

Japon Dia 5: Fushimi Inari, Nara y Osaka

Hoy teníamos pensado visitar bastantes cosas incluidas algunas que no habíamos tenido tiempo de visitar el 1er día: el plan era visitar Fushimi Inari, Nara y dar una vuelta y cenar en Osaka, iba a ser un día muy muy largo así que nos pegamos un buen madrugón.

Ya teniamos activado nuetro JR Pass así que podíamos coger todos los trenes JR que quisiésemos. El trayecto en tren hasta Fushimi Inari y Nara es bastante sencillo ya que están en la misma línea de tren, pero hay un problema y es que en Fushimi Inari sólo paran trenes locales, y los trenes locales tardan muchísimo en llegar hasta Nara, así que teníamos que estar atentos para ver cómo nos las apañabamos para cambiarnos del tren local al express en alguna estación común a los 2 trenes. Para ganar tiempo decidimos no desayunar en el hotel e intentar desayunar en el tren de camino a nuestro primer destino. Grave error: cogimos el tren justo en hora punta e iba atestado de gente, así que tomarse un café en lata y comerse un bollo era una tarea totalmente imposible.

Fushimi Inari es el santuario más importante de todos los santuarios dedicados a Inari (dios del arroz). Consiste en varios edificios y en un camino lleno de puertas tori y salpicado de pequeños altares que recorre toda la montaña hasta la cima (unos 5km). Habíamos madrugado tanto que no había prácticamente nadie (eran las 8:00h aprox)... solo algún paisano jubilado dando un paseo matutino que nos saludaba con un efusivo "Ohaio Gozaimasu!". La neblina, el silencio y la luz colándose entre los tori y árboles ayudaban a crear un ambiente muy especial que nos encantó e hizo que pasásemos 2h recorriendo los caminos (inicialmente teníamos pensado estar 1h). Nos habríamos gustado quedarnos más tiempo y llegar a la cima, pero teníamos que seguir con nuestra ruta.



Sobre las 10:00h volvimos a coger el tren local en dirección a Nara, muy pendientes de ver cómo nos cambiábamos al tren express. Después de analizar el mapa e intentar descifrar los letreros de las estaciones (esta todo calculadísimo y muy organizado, pero el idioma no ayuda nada) llegué a la conclusión de que en una estación pararíamos para que nos adelantara el tren express. Así fue y conseguimos cambiar de tren para ahorrar bastante tiempo. En el tren express Noa echó una cabezada y mientras yo me fui a ver la cabina del conductor. Es muy curioso los gestos que hacen todos los trabajadores del tren (conductores, revisores, jefes de estación, etc...) para que se vea que están haciendo bien su trabajo. Un rato después llegamos a Nara...

Nara fué la capital de Japón durante unos 70 años en torno al año 700 por lo que tiene bastantes cosas interesantes para ver. Casi todas las atracciones de Nara están en torno al parque de Nara, pero también hay varios templos en las afueras a los que decidimos no ir. Nada mas llegar fuimos a la oficina de turismo (chapurreaban ingles) donde nos dieron y recomendaron esta ruta. En la LP decían que en la zona del parque casi no habia sitios para comer, así que en un super compramos un onigiri, unos sandwiches (568 yen).

Después de un paseo por las calles de Nara llegamos al parque (Nara Koen). Es un parque enorme, limpísimo y cuidadísimo como casi todos los de japón. Está lleno de ciervos, que son considerados animales sagrados (como las vacas en la India) ya que se considera que son mensajeros de Dios. Esparcidos por el parque hay puestos ambulantes en los que venden galletas para darles a los ciervos, y cada vez que alguien compraba se le abalanzaban todos los ciervos para quitarle las galletas. Hacía un día muy soleado por lo que el paseo por el parque resulto muy agradable.


Un rato después llegamos al templo Todaiji (500 yen). Tiene una puerta enorme y el edifico de madera más grande del mundo que alberga el Daibutsu (Buddha gigante) de bronce más grande de todo japón. Como curiosidad uno de los pilares del edificio tiene en su base un agujero, la leyenda dice que aquel que sea capaz de atravesar el agujero será bendecido en su próxima reencarnación. Era gracioso ver a la gente tirada por el suelo arrastrándose por el agujero... los japos y las chicas pasaban bien, pero los chicos occidentales no tanto.


El recinto del templo Todaiji cubre la mayor parte del parque. Siguiendo hacia el Este, en lo alto de una colina hay varios edificios que también pertenecen al templo. Destaca el Nigatsu-do que tiene una especie de terraza/balcón desde donde hay unas vistas estupendas de Nara y los alrededores.

Siguiendo hacia el sur visitamos los santuarios Kasuga Taisha (el santuario más grande de Nara, sólo visitamos la parte exterior, ya que en la interior hay que pagar y no nos apetecía) y Kasuga Wakamiya que era gratis. Una de las cosas que más nos llamó la atención fue la cantidad de farollillos de piedra esparcidos por los caminos y alrededores de los santuarios.


Para terminar la vista a Nara volvimos hacia el Oeste en dirección a la estación de trenes parando antes en el templo Kofukuji. Este templo antiguamente constaba de más de 150 edificios. En la actualidad quedan muy pocos, pero destacan 2 enormes pagodas de 3 y 5 plantas. La de 5 plantas es la 2ª más alta de Japón (la más alta está en Kyoto).


Cuando ya estábamos aburridos de Nara pusimos rumbo a Osaka. La conexión es bastante fácil y hay muchos trenes casi directos, pero había que andar con ojo para coger trenes que no tardasen demasiado (dependiendo de la ruta/tren puedes tardar 30 minutos o 2 horas). En Osaka teníamos intención de ver 2 cosas: El edifico Umeda Sky y la zona de Namba. Finalmente decidimos no ir al Umeda Sky ya que lo habíamos visto desde el tren el primer día y no nos pareció que mereciera la pena volver, así que nos limitamos a la zona de Namba.

Nos bajamos en la estación JR Tennoji y cogimos el metro hasta Namba. Era nuestro primer contacto con el metro japones y comprar un billete es un parto: en un mapa gigante tienes que descifrar cuanto cuesta el billete a tu destino y comprar un billete de ese precio. Si te equivocas, los tornos de salida no te dejan pasar y tienes que ir a una máquina de "fare adjustment" a pagar lo que te falte... o directamente hay un "truco" que consiste en "equivocarte" a drede comprando el billete más barato posible y luego pagar lo que falte antes de salir, así no tienes que pensar. Al menos en Osaka sólo hay una compañía de Metro, en Tokyo hay 2 y es más complicado todavía calcular los trasbordos.

Nada mas salir del metro flipamos en colores: luz, ruido, tráfico caótico, letreros luminosos y gente, mucha gente, por todas partes. Lo primero que hicimos una vez que conseguimos orientarnos fue ir al famoso cruce donde está el cartel luminoso del "Corredor de Glico" (una marca de comida que en España se conoce por los Mikado) y a la calle Dotombori, una calle llena de tiendas, restaurantes y letreros luminosos que corre paralela a un canal y se supone que es la zona que inspiró los escenarios de Blade Runner. Estuvimos flipando con todos los carteles luminosos y con los rrpp de los restaurantes que son insistentes a la par que respetuosos y amables... un gustazo comparado con otros sitios.


Cenamos en un restaurante un Okonomiyaki (en su variante típica de Osaka) y Yakisoba (tallarines fritos), con cerveza bastante rica (en total 2120 yen). Los restaurantes de este tipo son bastante curiosos ya que la mesa para 4 tenia una plancha en medio para que hagas la comida a tu gusto. Nos reímos bastante por que los tallarines llevaban por encima láminas de atún seco que se movían con la corriente del aire producida por el calor de la plancha y parecían que estaban vivas. También había un mando a distancia para llamar a los camareros, bastante cómodo porque la gente iba pidiendo la comida poco a poco (no como aqui que solemos pedir todo de golpe al principio). Como siempre el agua era gratis y estaban muy pendientes de rellenartela si se te acababa o incluso de traerme un vaso de agua en cuanto se me acabó la cerveza.


Después estuvimos paseando y bajando la comida por la galería comercial Shinsaibashi y por Amerikamura (literalmente "pueblo americano") que es una zona de tiendas de ropa americana donde todos los japos iban vestidos como si estuviesen en el Bronx.

Después de varios dias viendo templos y edificios de estilo clásico nos gustó bastante estar al menos unas horas en una ciudad grande y moderna... Aunque estábamos encantados el sueño y el cansancio acabaron pudieron con nosotros y tuvimos que retirarnos de vuelta a Kyoto haciendo unos cuantos transbordos: JR Namba -> loop -> JR Osaka -> JR Kyoto.

Cuando llegamos al hotel, pasadas las 23:00h, caímos rendidos en la cama. Era nuestra ultima noche en Kyoto, así que al día siguiente teníamos que tener listas las maletas antes de salir.

Continuará...





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