viernes, 4 de diciembre de 2009

Japon Dia 7: Miyajima y Kobe

El plan para hoy era visitar la isla de Miyajima por la mañana y dar una vuelta por la ciudad de Kobe por la noche.

Nuevamente tocaba madrugar, y a las 6:45 estábamos despiertos. Habíamos dormido sorprendentemente bien en los futones, al principio estaba un poco duro pero enseguida nos acostumbramos y nos levantamos perfectamente sin ningún tipo de dolor de los que imaginabamos que ibamos a tener por haber dormido en el suelo... los japonses son muy listos, y está claro que saben lo que hacen!! Abrimos la ventana y... GENIAL!!! Hacía un día muy soleado. Después de la lluvia de ayer nos temíamos lo peor... Muy ilusionados desayunamos en la zona común/cocina del hotel unas cosas que habíamos comprado el día anterior y a las 8:15 estábamos saliendo del hotel dejando el equipaje en el guardamaletas.

La isla de Miyajima está a 1h aprox. de Hiroshima y hay que coger un tren y un ferry para llegar. Andamos hasta la estación de tren y cogimos el tren JR hacia a Miyajimaguchi, y desde allí el ferry (incluido en el JR Pass) que en aprox 20 minutos llega Miyajima. Sobre las 9:30 estábamos bajandonos del ferry (1 en el mapa) con un montón de tours de japoneses.



Miyajima es una isla sagrada y en la antigüedad no estaba permitido que los plebeyos pisasen la isla. El santuario Itsukushima y su correspondiente tori están construidos sobre el agua, así los fieles podian pasar por el tori en barco y desembarcar en el santuario sin pisar la isla. Además la isla está llena de ciervos sagrados, igual que Nara. Conviene cuadrar bien el horario de esta excursión con el de la marea ya que pierde mucho si la marea está baja. En la oficina de turismo se puede consultar el horario de las mareas, pero mejor mirarlo en alguna web antes de ir.



El tori de Miyajima es una de las imágines más típicas de Japón y no me extraña porque es enorme y al estar sobre el agua hace un efecto muy fotogénico. Tuvimos bastante suerte y justo cuando estábamos en el santuario (2 en el mapa, 300 yen) pudimos ver una especie de ceremonia en la que unos monjes tocaban "música" y otro disfrazado hacía una especie de baile.




Una vez visto el santuario el siguiente objetivo era subir a la cima del monte Misen, la montaña más alta de la isla, pero haciendo trampa, ya que más de la mitad del camino lo hariamos en autobús y teleférico, eso si, la bajada la haríamos antera andando. Justo detrás del santuario (nos costó un poco encontrar la parada) cogimos un autobús gratuito que nos dejó en la base del teleférico (3 en el mapa). Compramos 2 billetes (2x1000yen, solo ida) y montamos en el teleférico, que tiene 2 tramos. Un rato después estábamos en el observatorio que hay al final del teleférico. De aqui a la cima quedaba casi 1h andando.



A mitad del camino esparcidos por la montaña hay varios templos y edificios. Paramos para descansar y ver Misen Hondo (Salón principal Misen) y Reikado (templo protector de la llama) que se supone que alberga una llama encendida por el primer monje budista de la isla. Mientras descansabamos una mujer que estaba con su marido se puso a hablar con nosotros. Nos preguntó por qué habiamos elegido Japón para hacer turismo y cual era nuestro recorrido. Nos estuvo contando que acababan de jubilarse, que habian estado por algunos sitios de europa y ahora estaban haciendo un tour por algunas zonas de Japón que no conocian. La mujer, que era bastante más habladora que el hombre, nos invitó a unas mandarinas. Es curioso lo que les gusta hablar con extranjeros a los pocos japoneses que saben inglés, y lo mal que lo pronuncian aunque su gramática y vocabulario sean bastante buenos.



En el último tramo de subida nos cruzamos con un montón de chavales que bajaban de la cima e iban uniformados como si perteneciesen a distintos colegios o clubes de atletismo (un rato antes les habíamos visto subir corriendo)... Todos y cada uno de ellos se paraban al cruzarse con nosotros, nos saludaban ("konichiwaaaa!!") y nos hacian una reverencia a la que nosotros respondíamos. Entre el cansancio de la subida y las reverencias estabamos muertos!!!

Sobre las 12:30 llegamos a la cima (4 en el mapa) donde había un mirador bastante destartalado y unas vistas estupendas de todas las islas de los alrededores. Estuvimos descansando un rato y un poco después empezamos a bajar.



La bajada la hicimos por un camino que nos llevaría hasta el templo Daisho-in y, aunque en algunos momentos dudamos, el camino estaba bastante claro y era dificil perderse. Eso si, fué muchísimo más cansado de lo que esperábamos ya que el camino tenía muchísima pendiente y bajaba por un barranco con mucha tierra y rocas desprendidas por las lluvias... pero mereció la pena... el bosque frondoso, la humedad, los templos... parecía que estábamos en una misión del Call of Duty!



Sobre las 14:00h llegamos a la base del monte y aprovechamos para comer unos bocatas, dulces y frutas que llevabamos en la mochila. Después entramos al templo de Daisho-in (gratis) que, por el enclave y la poca gente que había, fué uno de los que más nos gustó de todo el viaje. En este templo pudimos ver monjes ¿rezando?, altares dentro de cuevas y los típicos cilindros budistas que se giran con la mano (en plan Eddie Murphy en "El chico de oro"). Aquí compramos unas "figuritas de la fortuna" (un gato y otra cosa rara) que llevaban dentro un papel con tu fortuna escrita. Sólo venía en japonés, así que no nos enteramos de nada de lo que ponía. También nos compramos una Fanta con sabor a uva, que estaba asquerosa.




De vuelta hacía el embarcadero del ferry paramos en 2 cosas que nos faltaban por ver: el Senjokaku ("pabellón de los 1000 tatamis") y la pagoda de 5 plantas que hay justo al lado, que tiene un color rojo bastante bonito y original.



Con esto dimos por terminada la visita a la isla y empezamos la vuelta (ferry, tren, paseo) hasta el hotel para recoger nuestras maletas y volver otra vez a la estación de tren para coger un shinkansen hacia Kobe. Esta vez no habiamos hecho reserva así que teníamos que montar en un vagón "non-reserved", nos colocamos en el lugar adecuado en el andén, a las 16:00h montamos y.... que suerte!! Hay un montón de sitios libres!! Pero cuando nos damos cuenta resulta que estamos en el vagón no reservado de fumadores... Y HUELE QUE APESTA!!!! Los japonses que fuman, fuman muchísimo, y encima tabaco negro, así que era insoportable por lo que nos fuimos a buscar el vagón no reservado de no fumadores. Este estaba bastante más lleno pero aún así conseguimos sentarnos.

A las 17:00h llegamos a Kobe. Kobe es una ciudad portuaria bastante grande, famosa por la carne de ternera y por el terremoto que sufrió en 1995. La estación de Shinkansen (Shin-kobe) está en las afueras y nuetro hotel estába en el centro así que cogimos el metro hasta la parada de Sannomiya y con la "ayuda" de un hombre un poco zumbado pero muy majete conseguimos llegar al hotel sobre las 17:30h. Estuvimos un buen rato en el hotel dándonos una buena ducha y descansando, que falta nos hacía después de la paliza de por la mañana.

Sobre las 20:00h volvimos a salir. Lo primero que queríamos hacer era cenar e ir a Nankinmachi, el barrio chino de Kobe. No queda lejos, pero estábamos cansados, así que aprovechando el JR Pass fuimos en tren (desde Sannomiya a Motomachi). Al bajarnos del tren encontramos un McDonalds y nos apeteció mucho comer algo con sabor conocido, así que nos quedamos a cenar (1230 yen). Después nos acercamos hasta el barrio chino que básicamente consiste en un par de calles llenas de comercios chinos, sobre todo restaurantes y puestos de comida. Se notaba mucho que eran chinos, sobre todo en la insistencia de los captadores de clientes de los restaurantes.



Una vez visto el barrio chino fuimos dando un paseo hasta el puerto. Echamos unas fotos, flipamos un rato con una carretera de 3 alturas y nos volvimos al hotel. Llegamos sobre las 23:00h y, como de costumbre, caímos rendidos en la cama.


Continuará...

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