viernes, 11 de diciembre de 2009

Dia 15: Tokyo - Asakusa y Shibuya

Era nuestro último día entero en Tokyo y habíamos dejado dos de las mejores zonas para hoy... después del día de lluvia que habíamos pasado necesitábamos que hoy hiciese buen día sí o sí. Así que nada más levantarnos fuimos corriendo a la ventana con los dedos cruzados y.... SIIII!! Hacía un día estupendo!!!

[foto ventana]

El plan para hoy era visitar Asakusa por la mañana y Shibuya, la zona de Tokyo que más ganas teníamos de conocer, por la tarde.


Ver Dia 14: Tokyo - Asakusa y Shibuya en un mapa más grande

Muy ilusionados por el buen día que hacía bajamos a desayunar y un rato después estábamos saliendo y cogiendo el metro hacia Asakusa. Nuevamente compramos una tarjeta de Tokyo Metro para todo el día ya que hoy íbamos a tener bastante desplazamientos.

Asakusa está muy cerca de donde teníamos el hotel, así que en un momento llegamos y nada más bajar del metro pudimos darnos cuenta de 2 cosas: era fin de semana y Asakusa es uno de los sitios más visitados de Tokyo. Aquello estaba llenísimo de gente.

Como todo el mundo, lo primero que hicimos fue dirigirnos hacia el templo Senso-ji recorriendo la calle Nakamise Dori que comienza en la Puerta Kaminari. Esta calle está llena de tiendecitas en las que venden recuerdos, así que es uno de los mejores sitios en los que comprar las típicas chorraditas para llevar a familiares y amigos o incluso para quedárnoslas nosotros de recuerdo. Una cosa que nos llamó mucho la atención en Japón es que son bastante "legales" con los precios: comprar algo en un sitio turístico no es más caro que en otros sitios, ya sean recuerdos, bebida, comida...

Como era de esperar compramos un montón de chorradas, recuerdos, regalitos y dulces típicos rellenos de pasta de judías para traer a España (nosotros estábamos hasta el gorro de la maldita pasta de judías).

Después de recorrer la calle parando en casi todas las tiendas y luchando con la marea humana llegamos al templo Senso-ji, el mayor atractivo turístico de la zona. Dice la leyenda que en el año 628 unos pescadores sacaron una estatua de Kannon del río Sumida, y que aunque la devolvían al río la estatua volvía a ellos una y otra vez, así que decidieron construir un templo en honor a la diosa Kannon. Está en restauración y tiene unos andamios, pero aún así merece mucho la pena la visita. Yo diría que es una de las visitas imprescindibles de Tokyo.

Estuvimos un rato purificandonos con el incienso, haciendo ofrendas consultando nuestro destino. Aquí se puede consultar en inglés, así que por fin pudimos enterarnos más o menos de lo que nos deparaba el destino. Incluso en inglés el mensaje es bastante críptico y está abierto a muchas interpretaciones, pero no deja de ser curioso.

Vimos una boda entre un occidental y una japonesa y nos quedamos un rato a cotillear. Resultó ser bastante entretenido... sobre todo por que el occidental no daba una y se estaba partiendo de risa.

Después estuvimos dando una vuelta por los alrededores y vimos el parque de atracciones "retro" que sale en "Mapa de los sonidos de Tokyo", una especie de sitio de apuestas de carreras de caballos que estaba lleno de gente muy muy rara y varias galerías comerciales. Para terminar volvimos dando un paseo por la orilla del río hasta llegar a "La caca dorada" y "La jarra de cerveza" (ver foto). El edifico que se ve en obras (Tokyo Sky Tree) con unas grúas será, cuando esté terminado, el edifico más alto de Japón.

Nos entró hambre así que nos metimos a comer en un restaurante minúsculo en el que vimos que comían muchos autóctonos. Comimos un Tonkatsu Ramen (ramen de cerdo) BUENÍSIMO y muy muy barato, yo creo que fue el mejor y más barato de todo el viaje... sabía bastante parecido a sopa de cocido y tenía unos buenos filetes de lomo de cerdo encima. Cocinaban a la vista (bastante curioso) y para variar, en el tiempo que nosotros comimos, cambiaron nuestros "compañeros de barra" al menos 4 veces.

Con la tripa a punto de reventar nos fuimos al hotel (estábamos al lado) a descansar un poco. Nos echamos una mini siesta y volvimos a salir.

Era pronto y a Shibuya no queríamos ir hasta por la noche así que nos acercamos a Akihabara a volver a verlo con todas las tiendas abiertas. Fue un acierto tremendo ya que había muchísimo ambiente por la calle y pudimos volver a ver con más tranquilidad algunas tiendas y entrar a otras que se nos habían quedado pendientes. Estuvimos cotilleando por la zona de segunda mano y comprando figuritas en una tienda enorme de manga. Cuando empezó a anochecer cogimos el metro rumbo a Shibuya.

Un rato después llegamos a Shibuya y salimos del metro justo en el famosísimo cruce. Es alucinante que después de llevar 15 días en Japón los neones, las pantallas gigantes, las luces, los edificios y la cantidad de gente sigan sorprendiendo como el primer día.

Puede parece una tontería, pero, entre las ganas que tenía de ir a Shibuya y que era la última noche de nuestro viaje me resultó muy muy emocionante atravesar el cruce. Incluso me emociona acordarme al volver a escribirlo...

Después de cruzar un par de veces haciendo el tonto fuimos a ver la estatua de Hachiko. Es el equivalente tokiota a la madrileña estatdua del Oso y el Madroño, o sea, el lugar donde queda todo el mundo. El problema es que hay tal cantidad de gente que no entiendo cómo se las apañan para encontrarse...

Para el que no sepa de que va o no haya visto la película, la estatua de Hachiko la construyeron por un perro que iba todos los días a esperar a su dueño a la estación. El dueño murió, pero el perro siguió, durante los siguientes 10 años, acudiendo todos los días a esperar a su dueño, aunque hiciera calor, lloviera o nevara... hasta que le llegó su propia muerte. En 1934, un año antes de morir el perro, construyeron la estatua en honor suyo y a la devoción y fidelidad hacia su dueño.

Después subimos al Starbucks que hay en la 1ª planta de uno de los edificios del cruce a ver si teníamos suerte de pillar un sitio con buenas vistas. Lo conseguimos así que nos quedamos a tomar un café. Mirar el cruce es totalmente hipnótico y podrías pasarte allí horas y horas embobado...

Después estuvimos en el centro comercial de ropa para chicas 109, que al parecer es famosísimo en todo Asia, y vienen chicas no solo de Japón (también de Corea, China, etc...) a comprar aquí. Como era sólo de chicas y la moda japonesa no le gusta mucho a Noa vimos un par de tiendas y nos marchamos.

Después fuimos a dar una vuelta por la zona de los "hoteles del amor". Es una zona llena de hoteles en los que las habitaciones se alquilan por horas y suelen estar decoradas con algún tipo en temática. Entramos a la recepción de algunos de ellos y en casi todos se puede reservar y pagar la habitación sin interactuar con nadie, para así preservar tu intimidad. En la entrada suelen tener un panel con cámaras en cada habitación. Las habitaciones ocupadas tienen la cámara apagada y en las libres puedes ver cómo es la habitación.

Para terminar el día nos fuimos a cenar a la zona Center Gai, que es la zona con más ambiente de Shibuya. No habíamos comido casi nada de carne en todo el viaje, así que tras mirar en varios sitios nos decidimos por cenar en un restaurante de carne a la parrilla en el que vimos que había muchos jóvenes japoneses haciendo cola. No hablaban nada de inglés, así que entre señas, dibujos y 4 palabras en japonés conseguimos pedir algo que no sabemos muy bien lo que era. Consistía en una especie de rejilla con carne, salsas, sopa de miso, arroz y alguna cosa más. La carne no sabíamos de qué era y no estaba nada rica... estaba dura y poco sabrosa. Al menos, como casi toda la comida en Japón, no fue nada caro.

Dimos otro paseo para comprarnos una "crepe cucurucho" de postre y bajar la comida y nos volvimos hacia el hotel, muy contentos por el día tan bueno que habíamos pasado pero también tristes por ser nuestra última noche en Japón.

Continuará...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts with Thumbnails